A día de hoy, la corrupción es considerada por la sociedad española como uno de los principales problemas. Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 50% de la población considera que la corrupción y el fraude son uno de los tres principales problemas que existen1. Sólo el paro le supera, problema que identifica el 80% de la población encuestada. Desde inicios de la pasada década, durante el boom del mercado inmobiliario, han sido numerosos los escándalos de corrupción urbanística vinculados a políticos de los gobiernos locales. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria el año 2009 no significó la desaparición de la corrupción, sino el surgimiento a la luz, que no el inicio, de otros tipos de corrupción, como, por ejemplo, la vinculada a la financiación de los partidos políticos.