es

IEB

Universitat de Barcelona logotipo
Noticias

Albert Contel Gallego

CRÍTICA AL SISTEMA FISCAL ESPAÑOL

Cuando se suele discutir sobre la idoneidad de las subidas, o la incidencia que debe hacer el sistema fiscal bien sobre la renta del trabajo, el consumo o la renta del ahorro (como principales impuestos del sistema actual) se olvida muchas veces el propio sistema fiscal actual, y en especial todo el proceso liquidativo de impuestos. En este sentido, me gustaría argumentar mi punto de vista sobre varios puntos de relevancia: Autoliquidación

A diferencia de otros países del espacio europeo, donde el impuesto no es autoliquidativo y en el que la administración es la encargada de sacar la liquidación sobre dicho impuesto, en España es el propio contribuyente el que debe hacerlo. Muy a pesar de programas como el Padre, que simplifican dicha autoliquidación, sigue siendo un trámite no sólo engorroso, sino en especial muy desfavorecedor para una ingente cantidad de personas, en especial para todos aquellos con una base inferior a la obligatoria para presentar la declaración de la renta. Este grupo, pudiendo tener desgravaciones fiscales tales como la adquisición de vivienda u otros preceptos, no suelen liquidarlo a menos de ser necesario por desconocimiento, y po r la falsa creencia de que les sale a pagar y no lo contrario. En este sentido, creo que debería haber, al menos para esas personas, un mayor interés en que la administración tome cargo de la declaración de esas personasyle=»mso-spacerun: yes»> y sea la encargada de autoliquidarles. Es, en cualquier caso, un cambio necesario.

Proceso del pago de impuestos

Más allá de la posibilidad anteriormente comentada, un sistema que considero muy efectivo, en especial en cuanto a la mentalidad de los contribuyentes alrededor de la recaudación de hacienda y del gasto público, és en el propio proceso del pago.

Como todos saben, la recaudación de los impuestos es, al menos en España, bastante oculta. En primer lugar, las retenciones a cuenta o bien las retenciones medias sobre las rentas, se hacen de manera directa, no siendo realmente consciente el contribuyente de la cantidad total pagada en términos fiscales. A pesar de ser muy eficiente desde un punto de vista recaudatorio (es como en la gasolina, que la gente no es consciente de pagar el 54% de impuestos entre el IVA, impuestos especiales, y el impuesto local y/o autonómico del 3%, disculpen el error sino le he puesto el nombre correcto) puesto que hay desconocimiento de la cuantía, eso deja a la administración, y en especial a Hacienda como un mero expoliador, y con una inconsciencia total respecto al pago de los susodich os, y por lo tanto una menor importancia respecto a la gestión de estos. Un buen sistema, a pesar de ser difícil de implementar, sería el del pago a posteriori. En otras palabras., que una persona,yle=»mso-spacerun: yes»> cobrara íntegramente su sueldo, debiendo liquidar el pago del total de los impuestos pendientes con la hacienda pública en el momento de la liquidación. A pesar de que eso deja a la administración descubierta en términos de liquidez,. Eso permite que una cantidad de recursos genere actividad durante prácticamente un año (el año en el que ese dinero lo dispone el contribuyente en vez de hacienda) y en segundo lugar, una obligación de cultura necesaria en el ahorro (el contribuyente de alta renta, está acostumbrado, pero el de baja renta, apenas tiene consciencia ahorradora y suele destinar el total a su consumo). A pesar de que esto sería dificultoso por ser un cambio muy relevante, condicionaría a un cambio de pautas, y en especial a un cambio de comportamiento, que solo puede tener efectos positivos. De igual modo, deberían ir acompañados todos los sistemas públicos de una nota informativa del coste de cualquier servicio (educación, sanidad, transporte público, iluminación, carreteras) de la parte pagada por el estado y la aportada por el contribuyente (en caso de aquellos servicios de copago), pudiendo valorar el contribuyente a título personal, la aportación neta al estado.

En cuanto al IVA se refiere, también debería haber un ejercicio concienciador, de poner los precios sin IVA y añadir el total del impuesto pagado con esa compra, tal y como sucede por ejemplo, en estados Unidos. Las sociedades con mayor consciencia impositiva, demuestran tener niveles de ahorro mayores, mayor respecto por el estado y las instituciones que a este le representan, así como un comportamiento mucho más disciplinado en términos fiscales.

Subida del IVA

ºEl consumo, a mi juicio, es una herramienta mucho más equitativa en el ámbito fiscal que no el gravamen de la renta. Es a mi juicio la herramienta que más equilibra el ingreso, puesto que a mayor ingreso, mayor contribución neta (obviamente no a nivel porcentual).Así pues, a pesar de que una subida del IVA frena el consumo, solo lo hace en la medida en la que lo hace una subida impositiva en términos generales. En este sentido, una bajada de los impuestos sobre la renta acompañado de una subida del IVA podría propiciar un aumento del consumo, puesto que el efecto de la subida de riqueza puede ser mayor a la subida del IVA, que a pesar de sólo ser en el corto plazo, si sería mucho más eficiente en temas de liquidación (la declaración del IVA es trimestral, la declaración de la renta anual). En caso de darse ambos efectos, habría una subida en términos netos de la renta y equilibraría la balanza en términos equitativos.

Subida del IVA (bis)

A pesar de todo ello, creo que deberían dejarse algunos productos exentos de IVA, tales como los productos no procesados (comida sin procesar, fruta, etcétera, o materias primas tan solo extraídas), lo que fomentaría no sóloyle=»mso-spacerun: yes»> una mayor demanda de producción interior y/o nacional sino también dar al IVA un carácter de gravamen sobre el consumo, estrictamente en términos económicos y no en un sentido fisiológico, facilitando a las familias más pobres la compra de alimentos y no siendo, en términos recaudatorios, una pérdida mayúscula para el estado. Australia sería un buen ejemplo de esta realidad.

Bajada del IRPF

En especial en lo que a las rentas más altas se refiere, debería bajarse el porcentaje máximo del IRPF. En la actualidad, llega a alcanzar cuotas del 56% en rentas más altas a los 300.000 Euros por ejemplo en Catalunya. Eso crea un traspaso lógico hacia la renta del ahorro, que entre el efecto Impuesto de Sociedades y luego la imposición sobre renta del ahorro se sitúa alrededor del 51%. En este sentido, es más favorable una retribución en ese sentido que no via ahorro. Bajo este prima, debería premiarse la renta del trabajo, puesto que es mucho más fácil de controlar desde un punto de vista impositivo (es más fácil controlar los flujos económicos de la renta del trabajo, que no los flujos del ahorro, en especial cuando van canalizados mediante terceras empresas o filiales, o empresas extranjeras, o mediante cuentas bancarias en entidades en el extranjero) y permiten una estimación real mucho mejor en términos también predictivos.

Sector Financiero

El Banco Central Europeo y el Banco de España, son los máximos responsables sobre el sector financiero y la supervisión de estas entidades. A pesar de ello, han hecho gala de una inoperancia más que relevante, en especial a lo que la actualización de los balances se refiere.

En este sentido, uno de los principales problemas ha sido el de la actualización de Balances por medio del valor razonable. En este sentido, sería interesante para evitar una revalorización de los balances excesiva, obligar a hacer un asentamiento por provisión de un 40% (30% de IS y un 10% de margen por un cambio posible futuro de la tendencia) para la actualización de aquellos activos, como los inmobiliarios, de cierto riesgo. En este sentido, debería sacarse cada año un listado de aquellos activos con riesgo (puesto que las burbujas sectoriales existen y van a seguir existiendo, puesto que la especulación es prácticamente imposible de evitar, pero no de localizar) que obligaran a esa provisión en caso de revisión a la alza de su valor.

Por otro lado, veo más que necesaria una reforma en cuanto a las transferencias internacionales derivadas de la generación de beneficios (eso evitaría el traspaso de beneficios a sus matrices en algunos casos, siendo más rentable la inversión dentro del propio país donde se han generado), y en especial, una mayor uniformidad en términos bancarios a nivel europeo. A pesar de que ha habido avances en este sentido en los últimos años, la falta de supervisión y uniformidad ha creado casos como el de las “preferentes” o el de la venta de paquetes sin ningún tipo de seguridad nominal como las “subprime”. Es necesario un cambio de modelo en la perspectiva europea, para el beneficio de la hacienda pública y para el beneficio de todos aquellos países capaces de gen erar inversión, puesto que eso acaba teniendo un efecto multiplicador.

Uniformización Europea

Hoy en día, debería ser ya una realidad la existencia de un marco fiscal europeo equiparable al de estados unidos. Es una vergüenza que 12 años después de la creación de un espacio monetario común como el europeo, donde el Euro ha conseguido convertirse en la moneda de referencia, el único consenso conseguido sea en términos de inflación. Debe haber de manera imperativa e inmediata una revisión de los criterios fiscales a nivel europeo, para una homogenización de criterios. Aprovechando los momentos de incertidumbre actuales, siendo muy difícil llevar a cabo medidas que permitan restablecer la situación de manera rápida, debería aprovecharse esa circunstancia para en especial, incidir en una homogenización que puede evitar una futura caída en situaciones de e ste tipo, y en especial de evitar la Europa de dos velocidades. Es por ello también necesario que cambien las políticas con ventajas a países como Inglaterra, y que Europa actué como un bloque fuerte, capaz de condicionar a los demás, en vez de adaptarse ellos al resto. Hay que cambiar la consciencia de os europeos, y dotarlos de una mayor seguridad en sus instituciones a nivel europeo para que, los políticos que a su vez ejercen, sean capaces de ser más intransigentes como los tratos de favor hacia el sector financiero ingles, actualmente responsable del 80% de las transferencias monetarias europeas.

Deducciones por I+D

Los criterios de deducción y/o reducción de bases por inversión en I+D son excesivamente rigurosos. Debería renovarse un poco este criterio a fin de facilitar que las distintas empresas se preocupen realmente por esta materia, en vez de muchas veces desestimarlo por la rigidez del sistema.

Albert Contel Gallego

Noviembre de 2012