En los últimos años, varios gobiernos han adoptado políticas restrictivas sobre la apertura de grandes centros comerciales. Antes de 1990, la mayoría de países europeos ampliaron sus estrategias de liberalización del mercado, favoreciendo así a sectores como el alimentario, que crecieron de forma notable gracias a la apertura de nuevos supermercados. En el caso de España, las cinco grandes cadenas de supermercados abrieron sus primeras tiendas en los años 70, y en 1990 contaban con el 45% del mercado, según los datos publicados por el Ministerio de Economía.