El cambio climático es una amenaza grave para las generaciones actuales y futuras. El impacto del calentamiento global ya se está manifestando y existe un consenso notable sobre la necesidad de afrontar esta situación. Para ello es necesario un nuevo modelo energético que permita una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero compatible con el crecimiento económico. Aunque existen diferentes instrumentos que pueden ayudar conseguir la transición energética necesaria para la reducción de emisiones, la eficiencia energética es una de las principales herramientas para hacer frente al cambio climático y conseguir un modelo sostenible. Los objetivos energéticos y medioambientales de la Unión Europea otorgan un papel central a la eficiencia energética en la consecución de “un planeta limpio para todos” (Comisión Europea, 2018).