La Gran Recesión ha puesto de mani esto las serias de ciencias de diseño de la unión monetaria, unas de ciencias que han provocado graves desequilibrios en forma de endeudamiento exterior y de dé cit de la balanza por cuenta corriente, tanto en los países menos competitivos de la zona euro (los llamados países periféricos) como entre ellos y los países centrales de la eurozona.
Estos desequilibrios no se produjeron repentinamente al estallar la crisis ni a consecuencia de ella, sino más bien al revés: la crisis los puso en evidencia en toda su dimensión y los hizo insostenibles debido al cierre de los mercados financieros. En realidad, los desequilibrios se habían ido acumulando antes, durante los años de bonanza, ante la indiferencia y la inconsciencia generalizadas de todos los agentes económicos: los bancos centrales nacionales, el Banco Central Europeo (BCE), los reguladores, los gobiernos, los mercados, las agencias de rating, los deudores (que se endeudaban más de lo que podían permitirse) y los acreedores (que asumían más riesgos de los que habrían sido prudentes).