En las grandes áreas metropolitanas, la red de transporte público es esencial para un buen funcionamiento de la movilidad y difícilmente tiene sustituto. Tras el impacto de la COVID-19, el transporte público del área metropolitana de Barcelona se enfrenta al reto de si será capaz de seguir garantizando la movilidad. Por un lado, se observa un cambio de hábitos en los individuos a favor de una menor movilidad, como consecuencia de la desconfianza en los desplazamientos y, en particular, en el transporte público, con lo cual se registra un aumento del uso del transporte privado en la desescalada. Por el otro, el control de la epidemia obliga a mantener restricciones en el nivel de utilización del transporte público, que disminuyen de forma muy notable su capacidad para absorber los flujos de movilidad. ¿Cómo podrá afrontar la ciudad de Barcelona esta problemática? ¿Hasta qué punto se ha delimitar la movilidad en el transporte público de Barcelona para que no se sature? Lo han analizado en un nuevo Info IEB (http://ieb.ub.edu/publication/info-ieb-movilidad-metropolitana-y-covid-19-podra-el-transporte-publico-absorber-la-demanda-un-analisis-para-la-ciudad-de-barcelona/) los investigadores del IEB y profesores de la UAB Anna Matas y Javier Asensio.