El profesor Antoni Garrido analiza en este artículo la respuesta española a la crisis financiera y cómo las autoridades del Estado descartaron recapitalizar masiva e inmediatamente con fondos públicos sus sistemas bancarios, una solución que siguieron un buen número de países. En su lugar, optaron por exigir nuevas provisiones y capital a las entidades en dificultades, al tiempo que se incentivaba su fusión con otras más solventes.