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El IEB Report 3 analiza líneas emergentes de reforma presupuestaria para después de la Gran Crisis

DESCARGA EL IEB REPORT 3/2018

La situación actual del conjunto de las economías desarrolladas se caracteriza por sus altos niveles de endeudamiento, superiores al 100% de su PIB en su conjunto; con una previsión de lenta reducción en el medio plazo. Sobre esta evidencia parte el IEB Report 3 de este año 2018, en el que los investigadores analizan líneas emergentes de reforma presupuestaria para después de la Gran Crisis, con el fin de garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas y recuperar la confianza de los ciudadanos en sus gobiernos.

El investigador del IEB y profesor de la Universidad de Barcelona, Daniel Montolio, y el profesor de la Universitat de Barcelona, Jordi Baños, explican en su artículo editorial como la revisión de esta situación, que pone en riego la sostenibilidad de las finanzas públicas, depende de “sólidos modelos institucionales y de gestión presupuestaria que permitan la solvencia de las finanzas y una toma de decisiones racional, con priorización y maximización del impacto social de los recursos”. Las contribuciones de esta nueva edición del IEB Report exponen, precisamente, modelos que a través de la tecnología, de la participación ciudadana, de la introducción de la lógica presupuestaria en los programas económicos de los partidos políticos o del control exhaustivo del gasto se han mostrado como herramientas que permitan afrontar los retos de la presupuestación pública en el actual escenario post-crisis. La transparencia y responsabilidad respecto el impacto presupuestario de los programas pueden ser instrumentos efectivos para una mejor administración y resultados de los recursos públicos.

Integración tecnológica en la gestión financiera
Los investigadores del Overseas Development Institute (ODI), Marco Cangiano y Mark Miller, analizan en su contribución el papel de la tecnología en los nuevos sistemas de gestión de las finanzas públicas. Los expertos consideran que, a pesar de que “la revolución digital está en marcha”, aún no se ha dado una integración completa de la tecnología en la gestión financiera pública.

Cangiano y Miller advierten sobre la equivocación de los gobiernos que buscan en los sistemas de información y comunicación “una solución milagrosa a sus problemas presupuestarios”, y consideran que la aplicación tecnológica a la gestión de las finanzas públicas debe ir ligada a “una visión unitaria de las prioridades y los objetivos a alcanzar”. El artículo destaca iniciativas públicas como las de los gobiernos de México, Estonia e India, que han digitalizado los sistemas de pago, mejorando la eficiencia de la administración, fomentando la inclusión financiera y facilitando el control y la auditoria en las subvenciones.

Si bien la tecnología ha facilitado mejoras en los sistemas administrativos, aún no es un elemento relevante en la gestión de los riesgos fiscales que, según los analistas, “son los factores que crean desajustes entre la previsión del gobierno y la realidad de las finanzas públicas”. Cangiano y Miller entienden que “la falta de transparencia fiscal” es aún hoy un factor de riesgo crítico para las finanzas públicas. En otras palabras, la calidad de los datos “es la esencia misma de un sistema de gestión de las finanzas públicas moderno”. En lugar de eso, lo que hoy encontramos son “sistemas de gestión disfuncionales”.

Presupuestos participativos
El investigador del CSIC, Ernesto Ganuza, por su parte, dedica su artículo al análisis de los presupuestos participativos como herramientas que mejoran la participación ciudadana, la transparencia, la toma de decisiones presupuestarias y la rendición de cuentas por parte del sector público. En España, estos procesos suelen ser de ámbito local y permiten a la ciudadanía decidir sobre el 1% y el 2% del presupuesto público, generalmente en inversiones de infraestructuras.

Para Ganuza, estos presupuestos participativos, más allá de repercutir en una mayor confianza política, son una “garantía de transparencia y publicidad en la gestión pública”, en contraste con los “gastos poco justificados que durante muchos años han hecho los municipios”.

El investigador también considera esencial el papel de la tecnología para fomentar la participación. La incorporación de herramientas digitales en municipios como Madrid o Sant Cugat del Vallès ha abierto las votaciones de estos presupuestos a toda la ciudadanía.

Los programas electorales, clave en la coherencia presupuestaria
El profesor de la Universidad de Vigo e investigador asociado del IEB, Santiago Lago-Peñas, enfatiza el hecho que los programas electorales pueden ser considerados como documentos que sirven como “etapa previa del ciclo presupuestario”, ya que avanzan importantes medidas que podrán afectar al bienestar social y la situación de las finanzas públicas, pero omitiendo información sobre su coste y potencial impacto social, se dificulta el ejercicio de voto por parte de la ciudadanía.

Lago-Peñas recuerda que  en España, según una encuesta de la Fundación Transforma España, “el 90% de la población considera importante que los partidos incorporen en sus programas el coste de sus promesas electorales y la forma de financiarlas” y por eso defiende que “ofrezcan memorias económicas claras y rigurosas de sus promesas” para garantizar la congruencia de sus propuestas, además de la introducción de una institución externa “que someta a escrutinio esa memoria”.